Por razones que no vale la pena mencionar, he estado viendo los domingos El Show de los Sueños, que en estos momentos es Bailando y Cantando con mi cuate por el sueño de alguien más.
Dentro de toda la parafernalia, publicidad, falta de talento, explotación del público y ridículo, por lo menos están haciendo la vida un poco más feliz a personas que lo necesitan. No es suficiente, y Televisa podría hacer mucho más con toda la lana que tiene, pero ese no es el chiste.
Lo que me llamó la atención es la jalada que les aplican a los descalificados cada ocho días.
Al final de cada programa, un equipo queda eliminado. Esto significa que no podrá contar con la lana para realizar su sueño, que en ésta versión consiste en ayudar con la rehabilitación u operación de alguien (principalmente). Sin embargo, antes de irse los hacen pasar a un "árbol" por unas esferas, que contienen regalos sorpresa, y es ahí donde la burla comienza.
Los primeros eliminados, un cuate y su amiga, querían usar el dinero del premio para ayudar a un hospital que se especializa en operar a bebés y niños con labio leporino. Obviamente, quedaron muy desilusionados por no haberlo conseguido. Pero de consolación, Ferrero Rocher les regaló un reproductor de DVD y una colección de películas. No m...... ¿Eso para qué lo quieren?, si el chiste era ayudar al hospital. Y todavía el Adal Ramones espera que tomen los regalos con entusiasmo.
No quiero ni pensar cuando eliminen al chavo que está cantando porque necesita una operación del corazón. ¡¡No te vas a operar y te vas a morir, pero Ferrero Rocher te regala una plancha!!!
Cuando era por la boda de mis sueños sí tenían sentido esa clase de regalos, pero ahora sólo se ven mal y ridículos. Deberían ser más sensibles, y si quieren compensar a los perdedores, deberían hacer donativos para el sueño o de perdida darles un cheque con lana para ello.
No cabe duda de que el consumismo no sólo es ciego sino insensible.
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